Al final de una de las avenidas más transitadas de Santiago, a los pies de la Cordillera de Los Andes, se encuentra la Quebrada de Macul. Un espacio natural que se hizo famoso tras el gran aluvión que sacudió a Santiago en el año 1993. Situado en la comuna de Peñalolen, con espacios limítrofes entre la comuna de La Reina y La Florida, este santuario de la naturaleza alberga un bosque Esclerófilo.
Motivados por la biodiversidad, restauración y protección de la Quebrada, es que en el año 2011, la Unión Comunal de Junta de Vecinos de la comuna de Peñalolen, bajo la coordinación de Poldi Furlan, presentó al Fondo de Protección Ambiental (FPA) del Ministerio del Medio Ambiente un proyecto que tenía como fin la protección y utilización de este espacio natural.
Bajo el nombre "Quebrada Macul, un parque natural para Santiago", se dio el puntapié inicial a la difusión y protección de este espacio que muchas veces fue considerado por la gente como "el patio trasero de su casa, donde se permitían botar basura, quemar espacios comunes, llevar mascotas, etc. Creando un deterioro constante al medio ambiente". Según lo explica Pablo Valenzuela Guardaparques del santuario.
Desde los inicios del proyecto, El Parque Natural Quebrada Macul, de la mano de su encargado Poldi Furlan, ha logrado generar una relación muy estrecha con la comunidad local y regional, implementando actividades de protección y cuidado del medio ambiente, como reforestaciones de especies, excursiones por diversos senderos y "limpiatones". Éstas últimas se llevan a cabo cada cierto tiempo, en conjunto con diferentes colegios y/o universidades, que aportan entre 60 a 80 voluntarios para un día de limpieza del parque.
En el año 2011, cerca de 45 mil personas recorrieron los senderos del Parque., cifra que denota la importancia de la creación y difusión de este territorio protegido. Sin embargo, los problemas de control de ingreso y permanencia en el parque, han sido difíciles de corregir, ya que según Furlan "El problema más grande que existe es la delimitación de los terrenos. El territorio pertenece a tres dueños y uno de ellos -el empresario Luis Calvo- entregó 122 hectáreas en comodato a la municipalidad de Peñalolén por 99 años. A juicio de Furlan, éste es el mayor éxito que han logrado, pues si el proyecto se consolida se podría convertir en un parque privado bajo administración municipal, gracias al esfuerzo de los vecinos.
En cada visita, los guardaparques exponen a los visitantes una serie de instrucciones y normas específicas de cuidado para con el medio ambiente, como no botar desechos al suelo, no realizar fogatas, utilizar senderos habilitados, no consumir alcohol y drogas, etc. Permitiendo de esta manera conservar la belleza natural existente que conserva un parque nativo de boldos, peumos, litres, quillayes, maitenes, colliguayes, añañucas y guayacanes y una fauna silvestres que contempla perdices, turcas, chercanes, tapaculos y pítios, además de zorros y diversos roedores .
El Parque Quebrada Macul, es un espacio social ambiental que espera poder contar con más visitas a lo largo del año, pudiendo difundir la importancia de nuestros bosques nativos y la preservación de uno de los pulmones de Santiago
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