Cuando estás en el colegio muchas veces sueñas con el día en que todo se acabe y por fin no usar uniforme. Poder faltar o salir de la sala cuando quieras y no tener que convivir con la disciplina escolar. Sin embargo, también sabes que tiene su lado bueno. Porque cuando dejas de ser un estudiante secundario, no todo es tan color de rosa como te lo puedes imaginar durante esos interminables días en la sala de clases. ¿Qué cosas podrías extrañar de estar en el colegio?
1. Las pruebas: parece algo imposible de extrañar, pero la verdad es que en el colegio son mucho más simples que muchos controles universitarios. Lo que podrías añorar no es solamente su dificultad, sino la posibilidad de tenerlas bien programadas, para así evitar que se junten más de una. Fuera del colegio poco importará si en un mismo día te coincide la entrega de un trabajo importante, con una prueba que te podría definir el futuro de un ramo.
Por otro lado, anda olvidándote de esos puntos extra que acumulaste en el cuaderno, o un justificativo explicando tu ausencia “por motivos familiares”. Si faltas a una prueba, un certificado médico es muchas veces tu única salvación. Lo mismo si en vez de entrar a la U, te dedicas a trabajar, ausentarse implicará mucho más que una buena excusa.
2. “El grupo curso”: dependiendo de cuántos años lleves en tu colegio, generalmente conoces bien a tus compañeros (al menos te sabes sus nombres), luego de largas horas conviviendo en la misma sala de clases. En la U, si bien en algunas carreras ingresan pocos estudiantes por generación, en general los cursos son numerosos. Y como tienes que tomar distintos ramos, quizás pase mucho tiempo antes de que conozcas a todos tus compañeros. Si no odias a tus compañeros en el colegio, es muy probable que sientas nostalgia de estar en una sala con personas que conoces y te conocen.
3. Tener tiempo para elegir: aunque dicen que nunca es tarde, es muy distinto querer cambiarse a mitad de año de electivo científico o humanista, a querer cambiarse a mitad de carrera. Es verdad que en el colegio debes estar en ramos que no te gustan, pero al menos es un indicador de que tu vocación no está por ese lado.
Sin embargo, muchas veces cuando estás en la educación superior, entras a algún programa y te das cuenta después que no es lo tuyo. Ahí empieza el dilema: ¿cambiarse o no? Y son muchos los factores que entran en juego: los aranceles, los créditos, las becas, incluso la presión familiar.
Por eso, pasar en el colegio todos esos ramos odiosos al menos te sirve para darte cuenta qué te gusta y qué no, para así poder conocerte mejor y tomar una mejor decisión a la hora de egresar, lo mismo si te dedicarás a sólo a trabajar. Cambiarse de pega implica una serie de procesos en los que deberás valerte por ti mismo. Como sea, tendrás muchas menos certezas que las que tienes en el mundo escolar.
BONUS TRACK
El uniforme: sí, también es horrible. ¿Qué cosa buena podría tener andar todos vestidos iguales, uniformados? Es simple, cuando te levantas muerto de sueño en la mañana, sabes que tienes que ponerte el uniforme y fin. En cambio, cuando se acaba el colegio, debes pensar qué ropa ponerte todos los días. Aunque es cierto que a muchos no les produce gran dilema. Pero si eres de los que se preocupa por lucir una tenida distinta todos los días, el uniforme podría convertirse en algo no tan fome después de todo.
Y tú, ¿qué cosas crees que extrañarás del colegio?
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